"Soy
en verdad un viajero, y los ideales que han iluminado mi camino y han
proporcionado una y otra vez nuevo valor para afrontar la vida han
sido: la belleza, la bondad y la verdad." Albert
Einstein
La imagen que nos viene a la cabeza al hablar de
Einstein es la de un señor de cabellos alborotados y sonrisa de abuelo
apacible que escribió una fórmula rara (E=mc2)
que permitió la
aparición de la bomba atómica. Es la idea que tenemos de un gran
científico teórico, casi un filósofo.
Todos los estereotipos tienen algo de verdad y
algo de error. Es verdad que fue un gran intelectual cuyos
descubrimientos fueron muy relevantes para el desarrollo de la Ciencia
y de la Física con incidencia importante en otros aspectos de la vida
cultural, social y política, posibilitando muchas de las tecnologías
que utilizamos en la vida diaria; pero también es cierto que vivió como
una persona sencilla, comprometida activamente por la paz mundial.
Albert Einstein (1879-1955) fue un científico
estadounidense de origen alemán, de quien se dice que no brilló
especialmente en sus estudios básicos ya que era lento para aprender y
tenía dificultades en el lenguaje. Sin embargo, por sus
descubrimientos, concretamente por «El estudio del efecto
fotoeléctrico», recibió en 1921 el premio Nóbel de Física.
Los elementos que están en la raíz de su teoría
son sencillos y se basan en la experiencia. Einstein dedujo algunas
conclusiones que parecían muy sorprendentes en 1905, pero hoy resultan
familiares y concluyentes a los entendidos. El más importante es el que
rompe con la física de Newton, otro genio de la Física. Según Einstein,
el tiempo y el espacio no pueden separarse; aquél fluye en forma
diferente para el observador que se encuentra inmóvil en una habitación
respecto al que se halla en un tren en marcha.
Con motivo del centenario de los grandes
descubrimientos de Albert Einstein, la Organización de las Naciones
Unidas (ONU) declaró el año 2005 como «Año Internacional de la Física»
y la Consejería de Educación promovió la conmemoración del I centenario
de la Teoría Especial de la Relatividad 1905-2005.
Las conmemoraciones tienen como fin sensibilizar a
la población sobre determinados grupos humanos que están discriminados
o problemas preocupantes para la sociedad. ¿Es necesario dedicar un año
a la Física o concretamente a la teoría de la relatividad? La respuesta
es positiva.
En una sociedad en la que la tecnología, en gran
parte basada en la Física, es tan importante, resulta descorazonador la
gran brecha existente entre los científicos y la población, y sobre
todo entre los países punteros en investigación y el resto,
especialmente aquellos en vía de desarrollo. Es necesario por tanto
fomentar en los centros educativos de nuestra Comunidad Autónoma la
reflexión sobre la Ciencia y la cultura científica con el fin de
alcanzar un nivel de desarrollo más competitivo, que facilite la
comprensión y adaptación a la sociedad de las tecnologías de la
información y comunicación, así como contribuir a la mejora de la
sociedad que le permita estar en el grupo de los países
tecnológicamente más avanzados. Tenemos que desterrar definitivamente
la nefasta frase “que inventen otros”.
Por otra parte, la figura de Einstein puede servir
de modelo para el alumnado por su sencillez y compromiso por la paz,
valor transversal que la Consejería de Educación considera prioritario.
Igualmente, el hecho de que Einstein no fuera un buen estudiante al
principio nos debe hacer reflexionar sobre la importancia de la
educación para desarrollar las potencialidades del alumnado incluso en
circunstancias desfavorables.
Por estos motivos, la Consejería de Educación ha
animado a los centros educativos a organizar actividades y a
desarrollar iniciativas que impulsen la divulgación del conocimiento de
la personalidad de Albert Einstein, desde una perspectiva crítica y
constructiva, su influencia científica, social y política, así como la
importancia y trascendencia de la Física y la cultura científica en
nuestra sociedad.
En este sentido, es ejemplar la implicación del
IES Antonio de Mendoza en esta efeméride, destacando el estudio del
alumnado de ESO sobre Einstein y los científicos coetáneos, así como la
revista escolar “Pasaje a la Ciencia” dedicada a este genio. Esperamos
que estas iniciativas incrementen la pasión del alumnado por la cultura
científica y ¿por qué no? un aumento de las vocaciones profesionales
relacionadas con la Física y la Ciencia, al mismo tiempo que promuevan
el compromiso de todos y todas por el desarrollo sostenible y por una
sociedad más justa y solidaria, en la que prevalezcan los ideales que
iluminaron la vida de Einstein: “la belleza, la bondad y la verdad”.
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