Hijo de Baldomero
Sánchez Mudarra y de Mercedes Cuenca
Guardia, nació en Alcalá la Real el 24 de julio de 1896. Sintió desde
muy pequeño curiosidad por las enfermedades de los seres vivos y su
curación, estimulada o favorecida por la profesión de su padre y de su
abuelo, veterinarios los dos. Pero él se inclinó pronto por la ciencia
médica, cursando con tanto éxito la carrera en la Universidad granadina
que sus maestros aconsejaron su traslado a Madrid, donde no tardó en
convertirse en un valor positivo de la medicina española.
Se licenció en la Universidad Central
en el año 1924 y en
1925 fue pensionado por la Junta de Ampliación de Estudios para
trabajar en Viena con el profesor Eppinger en la clínica del profesor
Wenkebach.
Fue nombrado profesor auxiliar de la
cátedra de Patología
Médica del profesor Jiménez Díaz, con quién publicaría numerosos
trabajos. Entre ellos, las primeras observaciones sobre los procesos
alérgicos y patología alergológica, publicados comjuntamente por ambos
médicos entre 1925 y 1928. La tesis doctoral de don Baldomero se tituló
Las
polinosis en la Península Ibérica y fue dirigida por
Jiménez Díaz y leída en 1928 resultando premiada por la Academia de
Medicina.
En 1928 acudió a Mannheim, en Alemania,
para estudiar con el profesor Lesser el mecanismo de acción de la
insulina.
También es de destacar su estudio, por
primera vez en el
mundo, de gases en sangre obtenidos directamente mediante sondaje del
corazón derecho, realizado por el Dr. Sánchez-Cuenca en su propia
persona el año 1929.
Fundó en 1945 el Instituto Antiasmático de Santa
Florentina
bajo los auspicios de la Fundación Fierro, ubicado en la calle
madrileña de Covarrubias, con el deseo de iniciar una autentica lucha
social antiasmática. En este centro se han iniciado muchos
especialistas en asma y alergia, tanto españoles como extranjeros.
Miembro de numerosas academias, desde
1953 lo fue también de la American
Achademy of Allergy.
A su labor de médico unió
Sánchez-Cuenca la de humanista,
como continuador de la tradición iniciada por Gregorio Marañón,
llegando a confeccionar una bella edición manuscrita de su puño y letra
del Quijote.
Pese a su enorme actividad no perdió
nunca su contacto con la
tierra que le vio nacer, siguiendo con gran interés su vida cultural, a
la que colaboró en todo momento.
Baldomero Sánchez-Cuenca falleció en
Madrid el 31 de octubre
de 1967 de un proceso canceroso. Alcalá la Real ha conservado su
memoria dando el nombre de Doctor Sánchez-Cuenca a la Residencia de Crónicos Psíquicos
Gravemente Afectados inaugurada el diecisiete de diciembre
de 1996.
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