Comencé a trabajar en Condepols cuando
se fundó la empresa,
en 1965. Francisco Montañés me pidió que me encargara de supervisar a
los albañiles y electricistas mientras él estaba en Barcelona viendo
maquinaria. La fábrica comenzó en un principio haciendo cuerdas para
los capachos, los filtros usados para la extracción del aceite.
Francisco Montañés diseñaba las máquinas. Recuerdo que cogía una
cuerda, la desmontaba, contaba las vueltas y sobre la necesidad pensaba
la máquina. Diseñaba sobre el papel y llevaba los dibujos a Luis
Hidalgo y a Juan Lizana, a los que daba instrucciones para la
construcción de la máquina.
Francisco Montañés volvió a su tierra a hacer algo por Alcalá. Se
sentía muy alcalaíno y de la empresa. Tenía obsesión por el trabajo. Lo
recuerdo siempre con la calculadora, averiguando el rendimiento de las
máquinas o la producción. Incluso en los ratos del café tenía un papel
en la mano con el que trabajaba.
Era un profesional al máximo, con unos
conocimientos grandísimos.
Como persona cuidaba las relaciones humanas y era muy cariñoso con los
demás. Sabía ponerse al nivel de conocimientos de quien tenía enfrente.
Cuando había alguna reunión quería que no hubiese ninguna duda sobre
las ideas que transmitía y daba confianza para preguntar lo que fuese
necesario. Tenía un trato exquisito con los trabajadores y era muy
respetuoso con el personal. Por encima de todo, quería que todos
aprendiéramos.
Sus máquinas llegaron a países extranjeros.
Recuerdo cuando
estuvimos en Méjico para la puesta en marcha de la maquinaria que
Condepols vendió a una empresa establecida en ese país aunque de dueños
españoles; fue en la ciudad de Córdoba, en el estado de Veracruz. Eran
las máquinas que había diseñado Francisco. También estuve en Dublín,
donde se vendieron otras diez aunque esta vez no vino con nosotros.
Francisco sabía reconocer y agradecer el trabajo
de los demás.
Cuando se compró la primera máquina extrusora, que llegó de Canadá,
vino un montador extranjero con muchos conocimientos teóricos pero
pocos prácticos. La máquina se enredaba y no funcionaba bien y entre
varios compañeros la hicimos funcionar adecuadamente. Francisco recibió
una carta de felicitación de la empresa en la que se reconocía nuestra
colaboración y que nos hizo llegar inmediatamente.
Francisco Montañés ha sido una persona de gran
importancia para
Alcalá la Real. Todo el barrio del parque hacia abajo se construyó
gracias a la presencia de Condepols y a Montañés, pues él fue el
responsable de la creación de la empresa. En un principio fue una
fábrica con 18 personas, pero posteriormente llegó a tener 600
trabajadores. Económicamente le hizo mucho bien al pueblo pues su
trabajo no sólo evitó el éxodo rural característico de aquella época,
sino que propició la vuelta a Alcalá de gente que estaba fuera. Su
trabajo ha aportado riqueza al pueblo.
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