Pasaje a la Ciencia
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a La casa maldita
“Los adelantos de la ciencia y la técnica
afectaban a todos”
En este cuento de Santiago Ramón y Cajal, “La casa
maldita”, aparecen muchos elementos científicos. El autor quiere
transmitir algo de sus conocimientos al público en general, ya que no
lo hace de forma complicada para que el lector lo pueda entender. Esto
lo hace porque quiere transmitir la belleza de la visión científica y
porque quiere demostrar que los adelantos de la ciencia y la técnica
afectaban a todos.
Este relato tiene una finalidad moral. Un doctor
arruinado compra una hacienda que se supone que está embrujada. Pronto
se da cuenta de que todo lo que está allí sucediendo es producto de
causas que tienen fácil solución recurriendo a la química. Consigue
recuperar la hacienda y hacerla próspera. Su propósito era alentar a
los demás a acudir a las causas naturales para explicarse las cosas y
no recurrir a la superstición. También demostrar, de paso, que la
ciencia podía ayudar a mejorar la situación económica del país.
Patricia Moya Díaz, 4º B
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La sociedad del momento
En este cuento Cajal reflejaba perfectamente cómo
era la sociedad del momento. Una sociedad agraria que dependía todavía
de la agricultura y de la ganadería para sobrevivir cuando en toda
Europa había triunfado ya la Revolución Industrial. Una sociedad en la
que la posición social era importante y muy determinante (“…su empeño
en casarla con varón de mérito, discreto, probo y con fortuna…”) y en
la que la Iglesia y sus formantes tenían un gran poder y ejercían una
gran influencia sobre los ciudadanos (“El cura estaba consternado. Los
más perversos vaticinios se hacían en las casas de beatos y neos…”).
Recordemos que los enemigos del país, para los regeneracionistas (y
nuestro autor lo era) eran la superstición y la irracionalidad, y sólo
con la ciencia sería posible el progreso económico y moral. En el
cuento se describe esta España supersticiosa y no regenerada, resultado
de que la mayoría de la población española era inculta. Cuando sucedía
algo extraño a lo que no podían dar explicación fácil acudían al
instante al hecho sobrenatural. Así, la población era fácil de engañar
y de controlar. Cuando aparece alguien, como Julián, que es capaz de
dar una explicación lógica y soluciones válidas, todo el mundo cree que
está poseído (“…haya hecho un pacto con el demonio…”). La única manera
de regenerar el país era por medio de la educación.
Sara Malagón González, 4º B
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“El escrito moral y pedagógico”
Se trata de un cuento con moraleja. Trata de un
joven llamado Julián que marcha a las Américas a hacer dinero para
casarse con su prima Inés. En el camino de regreso pierde todo el
dinero. Para recuperarse económicamente compra una hacienda que se
supone que está encantada. Él pronto descubre que todo lo sucedido allí
es producto de causas naturales y que se puede explicar mediante la
ciencia.
El objetivo de Cajal es inculcar a los demás que
deben considerar las causas naturales y no recurrir a la superstición
para explicarlo todo. El autor desmonta racionalmente todas las
creencias en torno a la casa. Son las bacterias las que dan color rojo
a las paredes, aunque pareciera sangre. Las muertes son producidas por
los mosquitos de una charca que propagan el paludismo y la luz cegadora
que desprenden algunas ventanas no era obra de espíritus paranormales,
sino de las fotografías que hace Julián.
En este relato se puede apreciar perfectamente la
motivación del autor, mediante el escrito moral y pedagógico, de
incitar a la sociedad a pensar y tomar sus propias decisiones, de
educar a la población adormecida de la época. Se pueden ver
representados todos los tipos humanos de la época: Julián, doctor,
culto y moderno; Inés, sometida a la patria del padre; el cura, que
representa a la Iglesia y la gente del pueblo que representa a la
sociedad analfabeta y trabajadora del momento.
El cuento me ha parecido maravilloso, muy
divertido, con un toque de humor muy sutil que debe representar muy
bien la personalidad de don Santiago. Es un gran escritor y casi un
humorista innato. “Procuremos agradar e instruir, nunca asombrar”,
decía él. A mí también me ha asombrado.
Naomi Cano Ibáñez, 4º B
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“La imagen de la mujer”
Don Santiago Ramón y Cajal quería dar a conocer
los problemas que tuvo España sin hacer un análisis teórico (como
hacían los regeneracionistas). Este cuento es una especie de ataque por
la espalda en el que, con el personaje de Julián, nos intenta dar a
conocer los problemas de las personas que tuvieron que marcharse del
país para sobrevivir y hacerse de dinero. También el cuento es un medio
para enseñar, para defender la ciencia ante los ciudadanos y demostrar
el atraso de España con respecto a otros países.
La imagen de la mujer que nos da el texto, al
centrarse en Inés, que es la novia del protagonista, es algo distinta
de lo que sería habitual en aquel momento. Aún así, se ve cómo es ella
la que tendrá que velar por el hogar familiar, cómo tiene un gran
sentimiento religioso (“Me lo prometió la Virgen, que no puede
engañarme”), cómo está sometida a la autoridad del padre que es quien
decide con quién se casa, etc. Aún así, el narrador exalta a una
“heroína” que es capaz de saltarse las normas para ir al encuentro de
su amado y que es capaz de confiar en él cuando, en contra de las ideas
dominantes, se lo explica todo como un científico. A pesar de eso, se
afirma en el texto que “Es condición de la enamorada creer ciegamente
en la superioridad intelectual del amante”, ya que Inés actúa en todo
momento movida por el amor, saltándose así las normas sociales que
hacían que una muchacha de su posición se casara con “aquella fortuna”
que su padre conviniera.
Julián Coca y Lorena Aguilera , 4º B
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La
ciencia ayuda a mejorar la sociedad
Julián, poco a poco, fue haciéndose rico, ya que
sus tierras producían mucho. Julián llevaba a la gente del pueblo a su
laboratorio para enseñarles cosas sobre la ciencia. Posteriormente,
empezó a fabricar y vender vacunas a muy bajos precios para curar a la
gente. Creó una sociedad experimental de minas, talleres, altos hornos
en los que dio trabajo a muchas personas del pueblo, por lo tanto, no
sólo se enriqueció él, sino también el pueblo gracias a él y a los
avances científicos. Termina diciendo que la vida es buena y la
felicidad existe…, sólo que duran tan poco… Nuestro autor es un
optimista. Cree en el poder regenerador de la pedagogía y en el poder
de la ciencia para transformar el país y hacerlo más próspero. La
revolución económica tendría que venir de manos de la ciencia y la
ideológica también, pues nos libera de la superstición y del miedo.
Vanesa García Cuenca, 4º B
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