La idea de que el espacio y el tiempo pueden
sufrir torsiones o
curvarse, es bastante reciente. Durante más de dos mil años, los
axiomas de la geometría de Euclides fueron considerados verdades
evidentes. Como todos aquellos que se han visto forzados a estudiar
geometría euclídea en el colegio recuerdan, una de las consecuencias de
estos axiomas es, que los ángulos de un triángulo, sumados en conjunto,
dan como resultado 180 grados.
Sin
embargo, durante el último siglo, la gente comenzó a darse cuenta de
que existían otras formas posibles de geometría, en la que los ángulos
de un triángulo, no necesariamente suman 180 grados.
Consideremos, por ejemplo, la superficie de la
Tierra. Lo más
cercano a una línea recta en la superficie de la Tierra es lo que
llamamos una circunferencia máxima. Estas son los caminos más cortos
entre dos puntos, por eso las compañías aéreas los emplean como rutas
de vuelo. Consideremos ahora el triángulo en la superficie de la Tierra
compuesto por el ecuador, la línea de 0 grados de longitud que
atraviesa Londres, y la linea de 90 grados longitud este que atraviesa
Bangladesh. Las dos líneas de longitud cortan el ecuador formando un
ángulo de 90 grados. Las dos líneas de longitud se encuentran también
en el polo norte formando otro ángulo de 90 grados. Por ello, tenemos
un triángulo con tres ángulos rectos. Los ángulos de este triángulo
sumados en conjunto dan como resultado 270 grados. Esto supera a los
180 grados de un triángulo sobre una superficie plana. Si dibujamos un
triángulo en una superficie con forma de silla de montar, descubriremos
que la suma de sus ángulos da un resultado menor a 180 grados.
La superficie de la Tierra, es lo que conocemos
como espacio
bidimensional. Esto significa que puedes moverte a través de la
superficie de la Tierra en dos direcciones, las cuales forman un ángulo
recto entre si: puedes moverte norte-sur, o este-oeste. Pero por
supuesto, hay una tercera dirección que forma ángulos rectos con las
otras dos, y esa dirección es arriba-abajo. Lo que es tanto como decir
que la superficie de la Tierra existe en un espacio tridimensional. El
espacio tridimensional es plano. Lo cual significa que obedece a la
geometría Euclídea. La suma de los ángulos de un triángulo es de 180
grados. Sin embargo, podríamos imaginar una raza de criaturas
bidimensionales que pudiesen moverse sobre la superficie de la Tierra,
pero que no pudiesen experimentar la tercera dirección, es decir
arriba-abajo. Ellos no conocerían el espacio plano tridimensional sobre
el que se apoya la superficie de la Tierra. Para ellos, el espacio
sería curvo, y la geometría no sería Euclídea.
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