A lo largo de este curso académico
hemos conmemorado la
primera década de vida de nuestro Instituto (1996-2006), año en el que
también ha coincidido la edición de este número diez de Pasaje a la
Ciencia. Entre las actividades que hemos llevado a cabo ha estado la
exposición X años de
Educación Científica,
una muestra con imágenes que dan a conocer las actividades relacionadas
con la ciencia que se han llevado a cabo en estos años y a la que
dedicaremos un artículo más adelante. Con respecto a este revista
pensamos en una conmemoración similar a las que hubo en números
anteriores con motivo del centenario de la relatividad, el año Mozart o
los cien años de la concesión del Nobel a Cajal. En estas ocasiones
nuestra revista miró hacia fuera, hacia aquellas instituciones o
personas cuyo campo de conocimiento estuviese directamente relacionado
con el tema tratado. Pero en este caso nuestra conmemoración es mucho
más cercana, más próxima a nuestro centro educativo y a la localidad.
Fue por ello por lo que a principio de curso nos planteamos el reto de
preparar un número monográfico dedicado a la ciencia y a la técnica en
esta ciudad, en Alcalá la Real. No es la primera vez que la ciencia
alcalaína aparece en estas páginas; de hecho, desde hace varios
números, las colaboraciones sobre estos temas, bien en forma de
entrevistas o de artículos, han sido un elemento habitual de esta
publicación, pero sí la primera que lo hace de forma monográfica.
Siguiendo la línea habitual de los
últimos años también hemos
conjugado los trabajos de nuestros estudiantes con las colaboraciones
de quienes se dedican a la ciencia. A nuestros jóvenes debemos los
artículos que tratan sobre determinados aspectos de la historia
alcalaína susceptibles de ser observados desde una perspectiva
científica. A nuestros colaboradores, alcalaínos todos ellos, ese
conjunto de artículos en los que nos dan a conocer su trabajo desde las
distintas áreas del conocimiento: desde las Matemáticas a la Medicina;
desde la Ingeniería a la Antropología. Cada uno con su enfoque personal
ilustra las distintas facetas del trabajo científico, desde las
vertientes más técnicas y científicas hasta las más humanas.
Queremos mostrar desde aquí nuestro más
profundo
reconocimiento a todos los que han hecho posible este número
monográfico y agradecerles la magnífica disposición y la ilusión con la
que se han unido a nuestro proyecto. Nuestra gratitud a quienes nos han
permitido dar a conocer desde estas páginas las facetas profesional y
humana de este impulsor de la industria alcalaína que fue Francisco
Montañés. Nuestras disculpas si a alguien, involuntariamente, no hemos
hecho partícipe de estas iniciativas. Pasaje a la Ciencia queda a
disposición de todo aquel que quiera aportar algo sobre la ciencia en
nuestra localidad.
Como decíamos al principio, este número
diez de Pasaje a la
Ciencia ha estado dedicado monográfica a la ciencia y a la técnica en
Alcalá la Real. Su contenido, unido al de números anteriores, demuestra
que son muchos los alcalaínos que destacan en estos campos. Quizá sea
el momento de comenzar a hablar de un patrimonio científico alcalaíno;
de un patrimonio profundo y amplio, pero a la vez desconocido porque la
actividad científica de nuestros conciudadanos no aparece en los medios
de comunicación habituales, sino en revistas altamente especializadas a
las que únicamente suele acceder la comunidad científica. Quizá sea ya
el momento de reivindicar este patrimonio y de que la ciencia, la base
del progreso y del desarrollo, y quienes se dedican a ella tengan el
reconocimiento que merecen. Confiemos en que este número monográfico
con el que hemos querido conmemorar nuestro décimo aniversario
trascienda de su faceta meramente escolar y sirva para el
reconocimiento e impulso de ese patrimonio que hace ya años se comenzó
a construir en esta Alcalá la Real.
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