Pasaje a la Ciencia > Número 11 (2008) > Comentarios a La casa maldita. Cuentos de vacaciones, de Santiago Ramón y Cajal

Comentarios a La casa maldita. Cuentos de vacaciones, de Santiago Ramón y Cajal

Comentarios a La casa maldita
Cuentos de vacaciones de Santiago Ramón y Cajal
por varios autores
“Los adelantos de la ciencia y la técnica afectaban a todos”En este cuento de Santiago Ramón y Cajal, “La casa maldita”, aparecen muchos elementos científicos. El autor quiere transmitir algo de sus conocimientos al público en general, ya que no lo hace de forma complicada para que el lector lo pueda entender. Esto lo hace porque quiere transmitir la belleza de la visión científica y porque quiere demostrar que los adelantos de la ciencia y la técnica afectaban a todos.

Este relato tiene una finalidad moral. Un doctor arruinado compra una hacienda que se supone que está embrujada. Pronto se da cuenta de que todo lo que está allí sucediendo es producto de causas que tienen fácil solución recurriendo a la química. Consigue recuperar la hacienda y hacerla próspera. Su propósito era alentar a los demás a acudir a las causas naturales para explicarse las cosas y no recurrir a la superstición. También demostrar, de paso, que la ciencia podía ayudar a mejorar la situación económica del país.

Patricia Moya Díaz, 4º B
La sociedad del momentoEn este cuento Cajal reflejaba perfectamente cómo era la sociedad del momento. Una sociedad agraria que dependía todavía de la agricultura y de la ganadería para sobrevivir cuando en toda Europa había triunfado ya la Revolución Industrial. Una sociedad en la que la posición social era importante y muy determinante (“…su empeño en casarla con varón de mérito, discreto, probo y con fortuna…”) y en la que la Iglesia y sus formantes tenían un gran poder y ejercían una gran influencia sobre los ciudadanos (“El cura estaba consternado. Los más perversos vaticinios se hacían en las casas de beatos y neos…”). Recordemos que los enemigos del país, para los regeneracionistas (y nuestro autor lo era) eran la superstición y la irracionalidad, y sólo con la ciencia sería posible el progreso económico y moral. En el cuento se describe esta España supersticiosa y no regenerada, resultado de que la mayoría de la población española era inculta. Cuando sucedía algo extraño a lo que no podían dar explicación fácil acudían al instante al hecho sobrenatural. Así, la población era fácil de engañar y de controlar. Cuando aparece alguien, como Julián, que es capaz de dar una explicación lógica y soluciones válidas, todo el mundo cree que está poseído (“…haya hecho un pacto con el demonio…”). La única manera de regenerar el país era por medio de la educación.

Sara Malagón González, 4º B
“El escrito moral y pedagógico”Se trata de un cuento con moraleja. Trata de un joven llamado Julián que marcha a las Américas a hacer dinero para casarse con su prima Inés. En el camino de regreso pierde todo el dinero. Para recuperarse económicamente compra una hacienda que se supone que está encantada. Él pronto descubre que todo lo sucedido allí es producto de causas naturales y que se puede explicar mediante la ciencia.

El objetivo de Cajal es inculcar a los demás que deben considerar las causas naturales y no recurrir a la superstición para explicarlo todo. El autor desmonta racionalmente todas las creencias en torno a la casa. Son las bacterias las que dan color rojo a las paredes, aunque pareciera sangre. Las muertes son producidas por los mosquitos de una charca que propagan el paludismo y la luz cegadora que desprenden algunas ventanas no era obra de espíritus paranormales, sino de las fotografías que hace Julián.

En este relato se puede apreciar perfectamente la motivación del autor, mediante el escrito moral y pedagógico, de incitar a la sociedad a pensar y tomar sus propias decisiones, de educar a la población adormecida de la época. Se pueden ver representados todos los tipos humanos de la época: Julián, doctor, culto y moderno; Inés, sometida a la patria del padre; el cura, que representa a la Iglesia y la gente del pueblo que representa a la sociedad analfabeta y trabajadora del momento.

El cuento me ha parecido maravilloso, muy divertido, con un toque de humor muy sutil que debe representar muy bien la personalidad de don Santiago. Es un gran escritor y casi un humorista innato. “Procuremos agradar e instruir, nunca asombrar”, decía él. A mí también me ha asombrado.

Naomi Cano Ibáñez, 4º B
“La imagen de la mujer”Don Santiago Ramón y Cajal quería dar a conocer los problemas que tuvo España sin hacer un análisis teórico (como hacían los regeneracionistas). Este cuento es una especie de ataque por la espalda en el que, con el personaje de Julián, nos intenta dar a conocer los problemas de las personas que tuvieron que marcharse del país para sobrevivir y hacerse de dinero. También el cuento es un medio para enseñar, para defender la ciencia ante los ciudadanos y demostrar el atraso de España con respecto a otros países.

La imagen de la mujer que nos da el texto, al centrarse en Inés, que es la novia del protagonista, es algo distinta de lo que sería habitual en aquel momento. Aún así, se ve cómo es ella la que tendrá que velar por el hogar familiar, cómo tiene un gran sentimiento religioso (“Me lo prometió la Virgen, que no puede engañarme”), cómo está sometida a la autoridad del padre que es quien decide con quién se casa, etc. Aún así, el narrador exalta a una “heroína” que es capaz de saltarse las normas para ir al encuentro de su amado y que es capaz de confiar en él cuando, en contra de las ideas dominantes, se lo explica todo como un científico. A pesar de eso, se afirma en el texto que “Es condición de la enamorada creer ciegamente en la superioridad intelectual del amante”, ya que Inés actúa en todo momento movida por el amor, saltándose así las normas sociales que hacían que una muchacha de su posición se casara con “aquella fortuna” que su padre conviniera.

Julián Coca y Lorena Aguilera , 4º B
La ciencia ayuda a mejorar la sociedadJulián, poco a poco, fue haciéndose rico, ya que sus tierras producían mucho. Julián llevaba a la gente del pueblo a su laboratorio para enseñarles cosas sobre la ciencia. Posteriormente, empezó a fabricar y vender vacunas a muy bajos precios para curar a la gente. Creó una sociedad experimental de minas, talleres, altos hornos en los que dio trabajo a muchas personas del pueblo, por lo tanto, no sólo se enriqueció él, sino también el pueblo gracias a él y a los avances científicos. Termina diciendo que la vida es buena y la felicidad existe…, sólo que duran tan poco… Nuestro autor es un optimista. Cree en el poder regenerador de la pedagogía y en el poder de la ciencia para transformar el país y hacerlo más próspero. La revolución económica tendría que venir de manos de la ciencia y la ideológica también, pues nos libera de la superstición y del miedo.

Vanesa García Cuenca, 4º B