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El legado neandertal de Alcalá la Real

Entrevista a Carlos Borrás
Alumnado de Biología y Geología de 4º de ESO. Curso 2002-03
[Ver en PDF]En el número 6 de Pasaje a la Ciencia aparecía publicaba una entrevista a Carlos Borrás, entonces director del Área de Desarrollo Local del Ayuntamiento de Alcalá la Real y en la actualidad director del Museo Municipal de esta localidad, en la que se daba a conocer el descubrimiento de industria lítica musteriense en distintos yacimientos repartidos por el término municipal alcalaíno. Esto confirmaba la presencia de neandertales en el pasado de Alcalá la Real. En este número, dedicado a la evolución, reeditamos en formato digital aquel artículo.

En el mes de diciembre pasado se celebraba en Alcalá la Real una reunión del Grupo Andaluz del Cuaternario en la que se daba a conocer el descubrimiento en el término municipal de un importante número de yacimientos en los que se había hallado industria lítica musteriense, la cual se relaciona en las poblaciones europeas con los neandertales.

Un grupo de alumnos de cuarto de E.S.O. de la asignatura de Biología y Geología fuimos los primeros alcalaínos en contemplar la amplia cantidad de muestras extraídas de los yacimientos y en conocer su importancia de mano de los responsables de la investigación, D. Carlos Borrás y D. Carlos Calvo.

Coincidiendo con la inauguración de la exposición que sobre la cultura de Los Millares visitó Alcalá la Real en el mes de marzo, D. Carlos Borrás amablemente nos concedió una rueda de prensa en la que contestó a todas nuestras preguntas y en la que nos concedió el honor de ser el primer medio de comunicación en dar a conocer y en divulgar el hallazgo de industria lítica musteriense, y por tanto, la existencia de vestigios de la presencia del Homo neanderthalensis en Alcalá la Real durante el Pleistoceno Medio.

D. Carlos Borrás es licenciado en Prehistoria, Historia Antigua y Arqueología, doctor en Antropología Cultural y responsable del Área de Desarrollo Económico del Excmo. Ayuntamiento de Alcalá la Real. Aunque él se define como dedicado a la medicina general en Arqueología, tras esta modesta expresión se esconde una amplia experiencia que le ha llevado a excavar un elevado número de yacimientos cuya edad se extiende desde la Prehistoria hasta el Renacimiento, muchos de ellos en Alcalá la Real. Como prueba de ello, cuando nos recibe acaba de llegar del campo, de visitar uno de los yacimientos a los que antes hemos hecho referencia. Comenzamos preguntándole sobre los descubrimientos recientes.

¿Cómo se descubre la industria lítica en Alcalá la Real?

La ley de Protección del Patrimonio obliga a que todos los ayuntamientos tengan una carta de riesgo que permita valorar si las obras que se van a realizar afectan al entorno del término municipal, tanto desde un punto de vista paisajístico, como monumental, ambiental o de contaminación de acuíferos. Por ejemplo, un vertedero de basuras no se puede poner en cualquier sitio. Cualquier obra importante, como un polígono industrial, requiere hacer una prospección arqueológica previa para ver como afecta al medio ambiente, al paisaje y al posible sustrato arqueológico.

Desde esta perspectiva se hizo una prospección arqueológica en la superficie y apareció industria musteriense (del Paleolítico Medio) e indicios de material lítico perteneciente al Paleolítico Superior. Ahora estamos haciendo una prospección general por todo el territorio, de modo que podamos saber cuando aparecerá musteriense y anticiparnos de este modo a la ejecución de obras, modificación de la agricultura, cambios de vegetación, etc.

En un principio se pretendía elaborar una carta de riesgo para todo el término municipal y el resultado fue que no había un único yacimiento, había más de cuarenta, con lo que ya no se puede hablar de yacimientos neandertales en Alcalá la Real, sino de un complejo tecno-arqueolítico en la depresión del término municipal de Alcalá la Real.

¿Cual es la extensión y la importancia de los yacimientos?

Desde mi perspectiva, la extensión es la que marca cada núcleo. Hay núcleos que tienen 100 m2, hay otros que tienen una hectárea; en otros apenas hay cuatro sílex; hay otros que tienen 20 hectáreas, 200.000 m2. Son muy dispares. Los hay en Villalobos, La Pedriza, la Venta de los Agramaderos, en Mures y en Ermita Nueva. Todos ellos dan un margen cronológico de alrededor de los 100.000 años de antigüedad y en todos aparece el mismo tipo de industria lítica.

¿Qué técnicas se han empleado para excavar los yacimientos?

Para excavar los yacimientos se hace una prospección aleatoria. Esto quiere decir que los lugares se eligen por sorteo sobre una serie de cuadrículas que tenemos en los mapas. Así, en cada momento sabemos dónde aparecen las piezas y una vez que se valora la densidad con la que aparecen ya no se hace una prospección aleatoria. Entonces se hacen unas calles de 50 m por dos metros y medio que son prospectadas sistemáticamente y se recoge todo el sílex que hay en superficie; este sílex es sustituido por un clavo con una banderita que contiene un número y su localización es topografiada en un ordenador. El material es embolsado y etiquetado con este número, el cual hace referencia al yacimiento, a la época en que ha sido encontrado, a quién dirige la campaña de prospección, a quién lo ha lavado y dónde se almacena. Hay una ficha de cada pieza que, junto con los datos anteriores, contiene información acerca del procedimiento de lavado de la muestra el cual es muy importante para su posterior análisis. La densidad con la que aparecen las piezas se materializa en un mapa con muchos puntos, unos más concentrados que otros. Donde están más juntos se hacen sondeos arqueológicos de 2,5 m por 5 m.

¿Qué características presenta la industria lítica hallada en Alcalá la Real?

Todas las piezas son piedras sin pulir y prácticamente todas participan de una técnica llamada talla centrípeta y técnica Levallois. Esto consiste en preparar el núcleo de sílex de modo que, cuando empecemos a trabajarlo, obtengamos las piezas que queremos sacar. De algún modo, esto indica que los neandertales que trabajaban este sílex ya tenían una mentalidad abstracta; ya tenían en su cabeza la imagen prefigurada de la imagen que querían extraer.

Las piezas que fabrican son multiusos, sirven para muchas cosas. Hay raederas, perforadores, buriles, trinchadores, piezas con filo cortante. Todas ellas son distintas, pero cuando las ves crees que son todas iguales. Todas responden a una misma voluntad, a un mismo criterio.

¿Cómo se puede diferenciar la industria lítica de los fragmentos naturales?

Precisamente porque las secuencias con las que se produce la herramienta son todas idénticas: preparación del talón, el golpe que saca la lasca del resto del núcleo, el bulbo de percusión, la lasca o escama de desprendimiento, las escotaduras que se producen para que corten. Esto, de modo natural, puede aparecen en una piedra, en un sílex, pero cuando aparecen secuencias de miles de piezas con las mismas formas, con el mismo borde, con el mismo talón, la misma cresta, el mismo dorso, con los mismos retoques, dices: la naturaleza tampoco fue a la escuela a practicar.

¿Hay esperanza de encontrar fósiles humanos aquí?

En un principio es evidente que están y también sabemos donde pueden estar, pero el objetivo actual del trabajo de investigación que estamos llevando a cabo no persigue la localización de los fósiles humanos; lo que queremos es delimitar muy bien los espacios de producción de estos talleres de sílex. Queremos incluir su localización en la Carta de Riesgo del Ayuntamiento para que se puedan proteger sin molestar a los propietarios de las fincas.

Los restos fósiles que encontremos, con toda seguridad, estarán dentro de las cuevas y las cuevas de momento no corren peligro porque están en sitios de difícil acceso. Lo que podría correr peligro es un yacimiento en un campo de olivos en el que pudiera entrar una retroexcavadora. Esto hay que protegerlo y por eso estamos trabajando en este ámbito. Una vez que hayamos terminado esto, si la investigación considera que es ya necesario que aparezcan restos humanos, trabajaremos en la secuencia en la que con toda probabilidad aparezcan seres humanos. En los sitios en los que trabajamos ahora es muy difícil que aparezcan seres humanos; es posible pero no probable. También es posible, aunque no probable, que aparezcan restos fósiles de animales como cebras, lobos, leones, panteras, elefantes o rinocerontes.

¿Quiénes fueron los neandertales? ¿Quiénes eran los individuos que elaboraron las piezas arqueológicas que hoy aparecen?

Los neandertales surgieron hace unos doscientos cincuenta mil años y desaparecieron hace treinta mil años. Vivieron doscientos veinte mil años sobre la Tierra, lo que significa que el éxito de su adaptación al medio no estuvo mal. Probablemente nuestra especie no viva tanto, sobre todo tal y como se están poniendo las cosas. El Homo sapiens y el Homo neanderthalensis evolucionaron de un tronco común en el que se incluye el Homo ergaster africano y en el que también se puede incluir el Homo antecessor de Atapuerca, en Burgos; aunque ambas especies pertenecen a líneas evolutivas diferentes. Eran gente con una mentalidad abstracta, creían en la muerte y enterraban a sus muertos. Había un rito y un culto alrededor del espíritu. Pensaban que había un más allá.

¿Por qué desaparecen? Hay distintas teorías. Yo me apunto más a la teoría de la inviabilidad genética. Es posible que en un momento las condiciones climáticas, la adaptación al medio, hace que estos grupos se reduzcan, practiquen la endogamia y se vuelvan genéticamente inviables. Dicho de otro modo, hay un momento en que la empresa es tan pequeña que es inviable, no puede cubrir gastos y se va a la quiebra.

¿Coexistieron los cromañones y los neandertales?

En un momento sí, sobre todo en Andalucía, donde desaparecen los últimos neandertales. Desaparecen en Andalucía y Marruecos hace 30.000 años. Entonces ya llevaban los cromañones 10.000 años aquí. Coexistieron, convivieron… No se cual sería la palabra adecuada. Probablemente los neandertales se llevaran un susto muy gordo cuando vieron a aquellos hombres con cara de niños, más delgados, más chiquitos, pero que disparaban con arco; el disparar con arco supone no tener que acercarse al enemigo, luego es un gran avance.

¿Hubo intercambio cultural entre las especies?

No se sabe. Unos dicen que sí, otros que no. Hay quien dice que al final del Musteriense las herramientas se parecen mucho a las del Auriñaciense. Unos dicen que unos transmiten la cultura a los otros y otros dicen lo contrario. No sabemos si el Auriñaciense copia del Musteriense. Lo cierto es que tecnología es distinta. No se sabe.

¿Cuáles son las perspectivas de futuro en los yacimientos de Alcalá la Real?

Nosotros apostamos por que estos yacimientos son de los más importantes tanto en extensión como en volumen. Si recogiésemos todo el sílex de superficie nos encontraríamos con millones de piezas. En dos días se recogieron unas 4.000 piezas, todas de una calidad extraordinaria y entre ellas había algunos bifaces de tipología achelense, más antiguas. No se qué pasará con todo esto, ahora estamos un poco desbordados. Hasta que no se haga un proceso de exploración arqueológica de forma más sistemática no se va a saber cuál es la envergadura del complejo arqueológico. Primero hay que verlo a nivel científico y después también a nivel político. Cualquier cosa de este tipo también es un recurso cuya explotación y resultado depende de cómo se plantee.

¿Se excavarán los yacimientos?

Las excavaciones del primer yacimiento, el AR-66, comenzarán la semana que viene. Es una excavación muy difícil, bajo bóveda. Excavamos 20 cuadros de 10×10 m. Estos yacimientos no dan estatuas, no dan cimentaciones, no dan estructuras de habitación. Dan piedras y como mucho huesos, pero la información que se puede sacar de una investigación bien hecha es infinita. Ahora mismo estamos trabajando en una primera fase, muy larga, pero una primera fase.

¿Qué difusión científica han tenido estos descubrimientos?

No tienen. No vamos a difundir el yacimiento hasta que los estudios no estén avanzados y maduros. Hay que ser precavido porque los datos que tenemos hasta ahora son muy elementales. Estamos empezando, sabemos de la importancia del yacimiento, pero hay que hacer convenios con universidades, con la Junta de Andalucía, con grupos de investigación. Hoy día la investigación arqueológica no se puede plantear desde una perspectiva unipersonal; ahora, un equipo de investigación se compone de un elevado número de personas que trabajan distintos campos: huesos, polen, flora, suelos… Cuando todo este material esté más o menos resuelto se dará a conocer públicamente la situación de la investigación.

Hasta ahora solamente se dio a conocer en las Jornadas del Cuaternario que se celebraron aquí en Alcalá la Real en diciembre. Entonces se informó que habían aparecido indicios suficientemente interesantes como para plantearse en Alcalá la Real la existencia de un Paleolítico Medio de cierta envergadura. Ahora, que trabajen los investigadores. Cuando sea el momento y sea correcto científica y políticamente mostrarlo, se mostrará.

Entonces, ¿somos nosotros los primeros en saber todo esto?

Sois vosotros los primeros que habéis visto el sílex y lo habéis tocado. Vosotros habéis sido los afortunados, así que apuntaros el tanto. Cuando seáis mayores podréis decirle a vuestros nietos: «Yo fui y toqué una piedra de hace miles de años».

Entonces, desde el punto de vista de la divulgación, esto es algo muy importante para la revista de nuestro Centro. ¿Vamos a tener la primicia de publicar lo que se está haciendo en Alcalá la Real?

Vais a ser los primeros en publicar algo sobre ello.

Tras hacernos partícipes de los descubrimientos que se están realizando en Alcalá la Real, nuestra entrevista concluye con la invitación por parte de Carlos Borrás a participar en las distintas actividades que se están planificando en el Ayuntamiento y que van encaminadas a la recuperación del patrimonio de Alcalá la Real, alguna de las cuales son ya realidad. Es el caso del campo de trabajo internacional en el que, gracias a un convenio con la Junta de Andalucía, podemos participar un cierto número de alcalaínos. Una magnífica oportunidad para profundizar en el conocimiento arqueológico de nuestro pasado.

Carlos Borrás con el grupo de alumnos